lunes, marzo 18

Y por fin, mi esperado regalo.

Hace tan solo unas semanas, Marta se fue, mejor dicho, me abandonó descaradamente y se fue de viaje con su clase a Madrid. Yo le advertí que quería mi regalo que tan merecido tengo, mi recuerdo de que mi mejor amiga se fue a Madrid y como me quiere tanto, me lo demuestra. Le deje caer, que quería algo de la conocida cafetería Starbucks coffee, ya que aquí en Gran Canaria solo hay una y esta en el quinto coño. También la amenacé con la pérdida de mi amistad de por vida si se le ocurría traerme esa típica camiseta que se empañan en traerte los familiares al irse de viaje que dice 'Alquien que te quiere mucho y ha estado en (añadir lugar del mundo), te ha traído esta camiseta', aunque finalmente no fue capaz de traerme semejante cutrez, algo me dice que tuvo la intención de buscarla ..
Al caso, una vez llegó a Madrid, me llega una grabación de voz al WhatsApp, ¿Quien era? Quien iba a ser, era Marta diciendome que me había encontrado mi regalo, el regalo perfecto, que cuando lo viera iba a morir. Y claro, aunque valla de hombre maduro y guay por la vida, dentro de mi se esconde un niño de cuatro años que saltaba de ansias de abrir el puto regalo y saber que coño era. Para colmo, Marta se pasó sus cuatro días de estancia en Madrid, mas las dos semanas que por pura pereza no quedamos para vernos al regresar a Gran Canaria, diciendome lo maravilloso y magnífico que era su regalo.

Al fin llegó el dichoso día, por fin iba a saber que era. Ese día, se me hizo tarde y Marta tuvo que venir a mi casa, ya que no me daba tiempo a salir de casa para subirme en la guagua (autobús) en el que ella estaba. Su cara de super enfado y sus palabras tan amigables 'Eres un hijo de puta, mereces morir', me dijeron que me quedé sin regalo. Cinco minutos, sí, cinco minutos le duró el cabreo, a los tan solo cinco minutos ya estaba harta de tantas carcajadas de las locuras que le voy soltando por el camino (..me tenía que ganar mi regalo..), una vez nos bajamos de la guagua (repito, autobús para los peninsulares), nos fuimos hacia una zona bonita donde ese regalo saldría a la luz. Camino a unos bancos, en pleno Muelle de Las Palmas, con el  océano de frente, nos encontramos con unos amigos, los cuales, los quiero mucho pero, ¡YO QUERÍA MI REGALO!, así que fue una conversación rápida. Ya llego la hora, iba a abrir mi regalo con la advertencia que Marta me dijo, 'Veras una cosa, mirarás dentro, luego verás otra cosita, mirarás dentro y allí estará tu regalo', estaba claro que yo ya sabia lo que era. Me senté, hice el amago de cerrar los ojos, estiré los ojos y
sí, ya podía ver el logo de Starbucks coffee en una bolsa de cartón (PD: AMO LAS BOLSAS DE  CARTÓN), una vez tenía esa preciosidad de bolsa en mis manos, ya me daba por satisfecho, pero no, aun había mas, miro delicadamente dentro de la bolsa sin arrugarla, y veo un vaso de Starbucks con un cartoncito, que decía 'Diez años juntos', en ese momento, se me soltaron las lágrimas ya que Marta y yo somos mejores amigos desde hace diez años, lo mejor es que yo creía que Marta se había dado cuenta de ese maravilloso detalle, pero no, si no es por mí, ni puta idea de lo que significaba. Después de un emotivo abrazo, aún quedaba algo mas por ver, abro delicadamente el vaso, y ahí estaba, era ¡Una galleta en forma de vaso de Starbucks!, esta claro que la cara de niño chico en ese momento no me la quitaba nadie. Ya está, ya tenía mi regalo y ya era feliz. En ese momento me podría haber ido perfectamente a mi casa, pero claro, tenía que darle a Marta su Tarde Orbit, asi que nos fuimos al McDonald's, donde todo el mundo concentraba su mirada en lo guapo que soy y en la maravillosa bolsa que balanceaba en la palma de mi mano. Una vez Marta, se pidió su tradicional Happy Meal, sí ese menú para niños de 6 años, sí ese mismo, nos sentamos en la terraza a disfrutar de la tarde mientras Marta, como no, zampaba. Una pequeña brisa de viento llegó a nosotros, era pequeña, pero bastó para tirarle a Marta toda su comida encima, como no, ese momento no procedía nada, así que nos fuimos corriendo antes de que mi reputación descendiera por momentos.  
Para aprovechar la tarde, llevé a Marta a ver una exposición de arte, en la que yo había estado  anteriormente y me moría por enseñarle. Una vez salimos de allí, un chico con una maleta de viaje, nos pregunto donde se cogía la línea 2, nosotros improvisadamente le dijimos, pero como en Marta y en mi nos abunda la sensibilidad, lo seguimos hasta que cojío su guagua (autobús en Canarias).
Para redondear la tarde, nos dimos un paseo por la zona centro, ya que siempre hay que estar atentos de si nos gusta algo de alguna tienda para sacarle a nuestras madres, cuando vallamos con ellas de compras. A todo esto, yo seguía paseando aquella preciosa bolsa.
Para finalizar la tarde, fuimos a la playa, no sentamos, nos relajamos y Marta me puso al día de su viaje, que entre todo lo que me contó no se esmeró en decirme tan solo una vez que me echó de menos. Unas fotitos, y nos pasamos por Zara, ir a Zara es una visita obligatoria si salimos cerca de algún centro o zona comercial, una vez allí, me compre una camisa que llevaba esperando meses y que fue una super ganga de ultimas rebajas, ¿Podría ser la tarde mas redonda? ¿Podría ser mejor? Os aseguro que no.