lunes, marzo 18

Petit Cafe

Hoy os voy hablar de nuestro lugar secreto, el Petit Café.
Un día cualquiera íbamos paseando y viendo tiendas por Triana, la calle mayor de Las Palmas de Gran Canaria, hasta que Bryan me dice: "Marta el otro día iba con mis padres en el coche y vi una cafetería así como pijita, super cuqui, tenemos que ir". Yo como buena amiga le hice el capricho de ir.
Allí íbamos los dos caminando como dos gallinas sin cabeza sin rumbo ninguno, porque vete tu a saber si íbamos en el buen camino. Como veía que el camino iba para largo hice entrar a Bryan en un bazar para comprarme un donut  y él se compro una botellita de agua, no porque tuviera sed sino porque quedaba muy pijo llevarla por la calle, niño caprichoso.
Pues ahí seguíamos caminando, hasta llegar al Obelisco, "Bryan, ¿estás seguro de que vamos bien?; Si si, yo recuerdo de pasar por aquí con el coche". Pues al ver el Obelisco, me acordé de una historia: Mi tía cuando tenía mi edad tenía un mejor amigo, así como tu y como yo, lo que ellos al acabar el bachiller se separaron. Años después mi tía se presento a las oposiciones de secundaria para ser profesora de Historia. El día que entregaban las notas, ella llamó por teléfono y ¿adivina quien era? SU MEJOR AMIGO DE LA INFANCIA y así se volvieron a reencontrar después de tanto tiempo .
Cansados ya de caminar, y yo en particular de él y del antojo que tenía de ir a ese sitio, decidimos sentarnos en un banco, ahí bajo el calor sofocante. Después de un merecido descanso, ya casi dados por vencidos... "¡¡¡MAAAAAAARTA mirálo ahí, es ese!!!" y allá fuimos. Una vez en la puerta del Petit cafe, un ser malvado odioso y de muerte infinita quiso matar a Bryan ¡Estábamos en el punto de partida! "BRYAN te odio ¿tu sabes todo lo que hemos caminado? Que llevamos más de una hora caminando, pero mira coño ese es el puente que por ahi se baja y ya me voy para la puta casa, ay dios, pero mira es que estamos donde el principio". Una vez las aguas volvieron a su cauce entramos y allí estábamos los Orbit, en el que iba a ser su lugar secreto, tomándose un vasito de agua y un refresquito.
La verdad es que era un lugar super bonito y muy pijo, no me arrepiento para nada el haber estado más de una hora caminando para dar con el. Espero que ahora que llega la semana santa y que tenemos más tiempo, poder ir y tomarme un merecido cupcake.



PD: ODIO Y RENCOR A BRYAN POR HABERME PASADO UNA TARDE SOFOCANTE, DE ESE CALOR QUE SE METE EN SEPTIEMBRE EN CANARIAS Y HACE DE NUESTRAS VIDAS UN SUPLICIO, CAMINANDO PARA ACABAR EN EL MISMO SITIO QUE AL PRINCIPIO.