En una linda mañana de Viernes, Bryan y yo fuimos al ayuntamiento después de ir a buscar sus notas. Tenía mucha ilusión por ir ya que íbamos con la intención de que nos dieran unos códigos para poder utilizar las eco-bicis. Después de dar un recorrido llegamos al ayuntamiento. Había una gran cola y me dio un pequeño bajón porque pensé que Bryan se querría ir al ver la gente, pero no fue así el muy animado subió las escaleras y me mando a coger el ticket. Nos toco el turno número 12 y todavía iba por el número 80, aún así no nos desanimamos y nos sentamos en la escalera a esperar nuestro turno. No me preocupaba el tiempo que tuviéramos que esperar porque sabía que por mucho que fuera se me haría ameno por la compañía que tenía, pero aún así no iba a estar ahí esperando para nada, así que decidí ir a preguntarle a una chica si el código me lo podían dar a mi o tenía que ser a mis padres. Pues allí estaba yo delante de la oficina muerta de vergüenza para ir hacerle la pequeña pregunta a la chica.
+ Hola, los códigos de las eco-bicis me los pueden dar a mi aunque no se mayor de edad, porque leí en la página web que si podía siempre y cuando fuera mayor de 15 años y yo tengo 17
- No mi niña tiene que ser tus padres
* No no, si tienes más de 15 puedes y la niña acaba de decir que tiene 17
A todo esto estaba yo allí muerta de nervios y pensando que diga que si por favor.
+A es verdad, pues nada entonces sí
- A bueno, muchas gracias, voy hacer ahora la cola je je.
Fue una sensación mágica e inolvidable que sentí cuando la muchacha nos dijo que si podíamos nosotros mismos coger los códigos para nuestras bicis ¿se podía estar mas feliz que yo en aquel momento? No lo creo. Pues los Orbit volvieron a sentarse, esta vez nos sentamos en unas sillas cutres y de mala muerte que tenían allí. Y allí estaba yo, derrochando felicidad por los poros y haciendo quedar a Bryan en vergüenza. Yo estaba feliz, y se me notaba porque había una muchacha por allá de nosotros que estaba muerta risa mirándome, que bonito es transmitir felicidad. Después de una larga espera, de una cuenta atrás emocionante, porque si nos iban a dar el código, llega el gran momento, el turno 12. Entramos dentro de la oficina, nos sentamos y le dimos nuestros DNI ya supuestamente estaba todo en orden. Hasta que habló la voz de la sabiduría...
+ Ay mi niña ¿no tienes la autorización de tus padres?
- Me dijeron que por ser mayor de 15 me dejaban y en la web lo pone.
+ Ay pero ¿sabes? La máquina no me deja, lo siento, vas a tener que volver otro día
+ Mis padres trabajan los dos mañana y tarde
- Los sábados estamos por la mañana
(hija de puta) - A vale pues nada, ya vendremos, adiós.
1. No es una máquina es un ordenador.
2. Si sabías que podía ocurrir que la "máquina" no te dejara ¿por que coño no lo dices antes? para irme a mi casa.
3. HIJA DE PUTA.
Y bueno ¿ustedes saben cuando le das un caramelo a un niño y luego peinsas ay el pobre se va atragantar y se lo quitas y llora y mucho porque se siente herido, engañado, estafado y desilusionado? Pues así me sentí yo multiplicado por mil.
