pasar a lo lejos, tocaba salir corriendo. Chonis por el camino que tuve que apartar gritando Quintense que se me escapa, mi moño rebotaba más que una pelota saltarina pero la guagua no se me escaparía esta vez. Veía la gente subirse a lo lejos y me puse el turbo, al fin llegue a la guagua, no se me había escapado pero hasta mi moño tenía flatos. Bueno allí estaba en la guagua con la carpeta entre las piernas, el móvil las manos para poder ir diciéndole a Bri por donde iba, la cartera bajo el brazo y el bono de guagua entre los dedos. Llega la parada de mi Orbit, allí iba el con su look de salidas rápidas, igualmente igual de sexy que cuando parece todo un modelo de Armani. Íbamos en la guagua descojonados a más no poder, odio infinito a las viejas que no se sabe si está hablando con la persona que está detrás de el teléfono o con la gente que va a su alrededor y las pintas que llevaba, ¿de que iba? ¿de moderna? Una de la conversación que tuvimos fue:
-Marta, luego me tienes que acompañar a Zara Home a comprarle el regalo a mi madre por el día de la madre que mi padre se lo quiere dar antes de ir a Afganistán (porque el padre de Bryan es Sargento, pero un militar no sexy)
+A vale guay, ¿que tenías pensado?
-Pues llamé a mi abuela y me dijo que le regalara unas velas.
+Vaya mierda ¿unas velas? que cutre, pero bueno...
Tras un largo viaje lleno de odio llegamos a Triana, la calle mayor de Las Palmas de Gran Canaria. Nos dirigimos hacia la biblioteca y ahí empezaba la aventura en la biblioteca. Yo era la segunda vez que la pisaba, la primera vez fue para un concurso de literatura cuando estaba en segundo de la ESO. Nos acercamos a una mujer a que ellas nos dijera si se encontraban aquellos libros en la biblioteca, dentro de lo que cabe, tuvimos suerte y pudimos conseguir uno, ya que en esta época estamos todos los alumnos de bachillerato leyendo lo mismo.
Pues tocaba bajar a la planta baja, donde tendría que haber el bibliotecario que nos ayudaría a buscar nuestro libro. ¿Pues saben que? No estaba, muy eficiente los empleados,notese la ironía. Los Orbit nos aventuramos entre tantos libros, nos la dábamos de personas cultas, y buscábamos el libro sin ayuda. Hasta que vimos
porno en una biblioteca, ¿que coño era aquello?, increíble los jacosos, que se pasan el día masturbándose también pueden ser personas cultas en su campo, el porno. Bueno, al fin, el amable hombre que nos acompañaría a nuestro libro. Entre los tres buscamos el libro, hasta que no lo encontró y busco otro en el depósito (donde almacenan todos los libros) Pues bien, ya teníamos nuestro libro, ahora tocaba dárselo a otra bibliotecaria para que nos lo pudiéramos llevar. En ese momento, vi a la bibliotecaria en su horario de trabajo comiendo ¿de que va?, que yo sepa mis padres no pueden comer mientras trabajan y ella ahí tan pancha, así que lo dije en voz alta pero en bajito, pero aun así la mujer me escuchó y recibí una mirada que enviaba rayos sin parar. Tocaba salir de aquel mundo de libros. Nos dirigíamos hacia Zara Home.
+Mira Marta, ¿te gustan estas?
-No que feas, es que me parece una mierda que le regales una vela a tu madre, míralas están todas rañosas, pero dios que cutres.
Bryan se quedo blanco, azul y amarillo, yo al ver su cara me sentí culpable y buscaba otras velas más bonitas, aún así no paraba de repetir lo mierda que me parecía. Bryan harto, sale de la tienda y yo con él. Me mira y ...
+MARTA ESE ERA TU PUTO REGALO DE CUMPLEAÑOS
- No jodas, WUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Pensaba regalarme unas velas para mi cumpleaños (9 de mayo), la verdad es que cuando me explicó el por qué no me parecía tan mala idea pero ¿unas velas?. Pensaba regalarme unas velas porque para mi cumple estaré estresada, llena de exámenes y las velas era una forma de relajarme, aunque no las fuera a encender pero igualmente supuestamente olían rico y eran afrodiciacas. Vaya momento de risas por mi parte y de frustración por parte de Bryan, le había arruinado el regalo que tanto tiempo llevaba pensado pero ¿yo que sabía? Estaba claro que si yo hubiera sabido eso no lo hubiera dicho. La tarde para mi era perfecta, pero para él, el pobre, no podía ser peor. Fuimos al McDonal's a comer y el se tomo como siempre un capuchino mientras yo me comía una buena hamburguesa. Como no ese capuchino que le tendría que haber sabido a gloria, pero el chico ni le dio un palito para revolver, no le puso la tapa al vaso y lo que es peor no le dio sus sobres de azúcar. Después de un gran McDonal's nos fuimos al Llaollao (yogurteria) y nos tomamos un yogurt helado que solo nos trajo dolores de barriga.
Fin de la tarde, en un principio tendría que haber sido una quedada expres, ir a la biblioteca y volver a casa, pero como siempre la tarde se alargó.
¿Lo mejor de la tarde? El momento vela y un chico idéntico a los gemelos que concursan en Gran Hermano, nos lo encontramos tanto en la guagua como en Triana. Cosa linda el chico, los gemelos de Gran Hermano me tienen enamorada pero con aquel canario me podría llegar a conformar.
