viernes, abril 5

HappySummer III

Estábamos en los primeros días de julio, aun teníamos todo el verano por delante, lo cual teníamos que empezar a disfrutarlo, así que los Orbit querían una tarde de relax para ir asimilando que por fin estábamos de vacaciones. Esa tarde la empezamos en la calle mayor de la ciudad, Triana, pero no nos preguntéis por que, pero la verdad es que aquel día esa zona estaba muerta, por lo tanto nos aburríamos y decidimos irnos a la estación de guaguas (autobuses) a por un Monster que nos animara un poco y así darnos fuerzas para ir caminando a Mesa y López, la zona centro. La verdad es que fue un paseo largo, pero agradable, con el mar acompañándonos  el viento en la cara  , la réflex en el cuello sacando fotitos y esos adorables ciclistas que te insultan cuando te metes por el carril de bicis, jeje.
Cuando llegamos, empezamos a cotillear un poco lo que son los comienzos de las rebajas y claro, típico de nosotros, nos dimos algún caprichito. Una vez nos vimos todas y cada unas de las tiendas, el hambre apretaba y cansados de siempre ir al McDonald's, esta vez queríamos comer algo diferente. Optamos por una buena pastelería de aquí llamada Gelizzia, nada mas entrar el olor a crêpe nos daba en toda la cara, así que ya sabíamos que pedir.
 Esta vez, queríamos reírnos un rato, así que se nos ocurrió una idea. Marta subió a la planta de arriba con su prima Paula y yo me quede con su otra prima Angela, pidiendo, así que le dijimos a la chica que era el cumpleaños de Marta y que le escribiese en el crêpe 'Orbit' que le haría ilusión. La chica tan simpática, nos hizo ese favor. Subimos con ellas a la planta de arriba, le contamos a 
Marta lo que habíamos hecho, en esto que aparece la chica, toda ilusionada y
empezamos a cantarle a Marta 'cumpleaños feliz' a gritos, mientras la chica le daba su crêpe con su 'Orbit' escrito, la gente nos miraba con cara de asco, pero nos lo estábamos pasando bien y eso es lo que cuenta. Lo peor de todo es que aunque Marta sabía lo de la broma, puso cara de cumpleaños y se puso en situación, para mi que se estaba aguantando las ganas de llorar de la emoción. Esa fue nuestra primera quedada de verano, como veis Marta y yo somo de los que empezamos la tarde en un sitio pero nunca
sabemos donde podemos acabarla, en el buen sentido mal pensados ..